Publicado por: GT Interactive
Salió también para: Macintosh, Game Boy Advance, Tapwave Zodiac, Xbox 360, PlayStation 3
Es curioso, soy capaz de soportar las escenas gore más
desagradables sin que se me mueva un músculo de la cara. En cambio,
cualquier película de miedo me hace sudar a chorros. Recuerdo a mis
amigos descojonándose de mí al ver lo que sufría viendo Candyman.
O la primera vez que ví Tesis de Alejandro Amenabar, junto con mi
hermana, una horrorosa noche de tormenta y aparáto eléctrico (entorno
ideal e imprescindible para ver una peli de estas, por cierto).
Con los juegos me pasa algo parecido. Hace un par de meses, tuve un
fin de semana de esos tontorrones sin plan a la vista, y me puse a
jugar al Tomb Raider de la 360 que había conseguido gratis gracias al
programa Games With Gold. No es un juego de terror,
pero el tener en tus manos el destino de una vulnerable (al menos al
principio) Lara Croft en una isla repleta de maníacos, monstruos y
amenazas naturales, junto con una perfecta ambientación, hace que las
pulsaciones se aceleren con bastante frecuencia.
Me pasé el juego y me encantó, pero no me suele gustar que un juego
me estrese o me angustie (esto es un hobby, no trabajo o penitencia),
por lo que no veréis por esta lista survival horrors. Los Resident Evil,
por ejemplo, nunca me han gustado. El esquema
de control relativo al eje del personaje de las primeras entregas me
parece totalmente ortopédico, y el del 4 y posteriores, atropellado y
caótico.
Los 5 niveles de dificultad. |
Acostumbrado como estaba a los juegos de consolas de 8 y 16,
normalmente coloristas y dirigidos a un público infantil, la llegada a
casa del PC supuso, además de un considerable aumento en el número de
juegos que tenía disponibles (benditos discos duros)
el acceso a géneros de temática más adulta, como el Rol o los FPS.
Y es que el título que nos ocupa no es precisamente para niños, por
su imaginería satánica y violencia desatada. En Doom II no hay grandes
alardes argumentales, sólo acción directa y descerebrada. Volvemos a
ponernos en la piel de un Marine Espacial anónimo,
que después de evitar una invasión demoníaca de las lunas de Marte en
el Doom original, regresa a la Tierra para verla invadida por los mismos
seres avernales. Nuestra tarea será acabar con la invasión para
siempre. Armados con un revólver (aunque ya en los
primeros niveles seremos capaces de aumentar nuestro arsenal
exponencialmente), nos enfrentamos a demonios de todos los tipos,
colores y tamaños.
Al aproximarnos a un enemigo, se pixela considerablemente. ¿Y qué? |
Técnicamente no supuso una gran revolución. Se afinó el motor de la
primera parte (evolución a su vez del usado en el mítico Wolf 3D) para
simular entornos tridimensionales usando la ingeniona técnica de
"Raycasting". Este truco consiste en construir mapas
con volumen y diferentes alturas partiendo desde una mapa de bits en
dos dimensiones (¿no os habéis preguntado nunca por qué el marine
espacial no puede saltar? ¿o por qué en ningún escenario hay salas que
estén una por encima de otra?). Los enemigos también
son sprites, con cuadros diferentes según los tengamos de espaldas o de
lado, al igual que los items. Todo esto permitió que el juego pudiera
ser ejecutado en máquinas modestas para la época, aunque en algunos
casos fuera necesario empequeñecer la ventana
de juego para ganar fluidez.
Para todos los públicos. |
Gracias al acertado trabajo artístico, todas estos "truquillos"
quedan muy bien disimulados. Especialmente brillante es el texturizado
de cielos y paredes, que le da al juego un aire de surrealista pesadilla
espacial. Como es lógico, si nos acercamos mucho
a los enémigos se convierten en marañas de pixels, pero siguen siendo
bastante sorprendentes. Su animación no es sobresaliente, pero el
movimiento es bastante convincente.
Si bueno es el apartado gráfico, maravilloso es el sonido. Los
afortunados dueños de tarjetas de sonido (una SoundBlaster 16 en mi
caso) pudimos disfrutar de tétricas melodías en glorioso MIDI que
terminaban de darle un punto de tensión incomparable a
todo el conjunto. Los efectos FX, más que cumplidores, con toda clase
de rugidos, explosiones, aperturas de puertas y ronquidos.
Angelitos. |
Los escenarios, pese a la limitación impuesta por el engine, están
magníficamente diseñados, son variadísimos y extensos. Durante las
primeras fases los ambientes son algo más cerrados, pero a medida que
avanzamos nos encontramos con salas más abiertas,
y algunos escenarios realmente grandes.
El juego me lo pasó un chico del colegio algo más mayor que yo, en
cuatro diskettes. Me sorprendió el número, ya que casi todo lo que me
habían dejado hasta entonces ocupaba uno o dos. Puedo recordar el
proceso de instalación, en una brillante tarde de
primavera, con la ventana de mi habitación iluminada por el sol. Me
gustó muchísimo, pero una cosa es jugar de día, y otra completamente
distinta es jugar de noche, a oscuras y con los cascos puestos. Era una
especie de placer morboso, algo con lo que disfrutas
a la vez que te hace sufrir, como arrancarte las postillas de una
herida a medio cicatrizar. Pasaba miedo, pero no podía dejar de jugar.
Los sustos al abrir las puertas, los enemigos que te emboscaban por
detrás, la tensión de deambular por los niveles evitando demonios al
quedarte poca vida (impagable el rostro sanguinolento de nuestro
Marine), las voces de ultratumba y la ambientación
apocaliptica... hacen de este juego mi FPS preferido, de largo.
A mí el fenómeno Doom me pilló un poco tarde, pero puedo entender
la revolución que supuso la salida de la primera parte. Siendo sinceros,
Doom II parece por momentos más una expansión que una nueva versión,
perfeccionando una fórmula que sólo necesitaba
leves retoques para crear algo grandioso. Al poco salieron algunos de
los grandes títulos de la historia del género (Duke3D, Quake, Unreal...)
pero para mí Doom II era insuperable. Ni siquiera he probado el 3.
A los pocos años, compré en un kiosco esta copia del juego, que se debió de regalar en colección con algún periódico. Contiene tambien el primer Doom. |
Hoy en día sigo jugando con él. Va muy bien con el DosBox, aunque
por comodidad, prefiero jugarlo en el port que hicieron para la 360, con
las dos setas se maneja muy bien. Pena que el multi esté vacío. Sé que
hay ports modernos que permiten jugar online
en PC, pero por pereza nunca me he puesto con ello. El modo campaña me
basta para disfrutar.
También he jugado mucho con la (mágnifica para mí) versión para
GBA. Pese a lo pequeño de la pantalla, el downgrade no empaña la
experiencia, y los controles están muy bien adaptados, haciendo uso de
los gatillos superiores. Por lo que he visto, este port
ha recibido bastantes malas críticas, cosa que nunca he comprendido.
Pese a la censura (sangre verde) y el framerate (es una GBA, ¡por Diós!) jugar al Doom II en una GBA-101 es una maravilla. |
Era hora de que volvieras a escribir.
ResponderEliminarLos jugones revivimos muchas de nuestras propias experiencias al leer esto.
Se agradece!