Desarrollador: MicroProse Publicado por: MicroProse Salió también para: Amiga CD32, PC, Macintosh
Toca hablar de un juego no demasiado conocido por estas tierras, al
menos para los jugadores de consolas, ya que sólamente se lanzó para
Mega Drive y NES en USA. Es algo más conocido por los jugadores de PC,
que tuvieron la oportunidad de disfrutar de uno de los primeros juegos
de Sid Meyer, el creador de Civilization. Pirates! Gold es la segunda
versión de un juego de "mundo abierto", en el que como capitanes de una
flota debemos de recorrer las aguas y islas de Caribe para hacernos con
un nombre y una fortuna.
Navegando.
Este juego nos brinda la posibilidad de
hacer lo que queramos. Podemos crear una flotilla comercial que
transporte bienes de puertos en los que determinada mercancía esté
barata a otros en los que no lo es tanto. O ser un fiel representante de
nuestro Rey, destruyendo ciudades o barcos de otras naciones con las
que estemos en guerra. O ser un pirata de los pies a la cabeza y atacar
indiscriminadamente a todo barco que se nos ponga a tiro, sin importar
su nación o bandera. O ser todo lo contrario, un cazapiratas que entrega
los criminales a la justicia.
De visita en una ciudad.
Todo esto teniendo en cuenta que
los condicionantes pueden fluctuar: la economía de una ciudad antes
boyante se puede ir a pique, y lo que antes eran naciones enemigas
pueden ser aliadas en un futuro. Podemos también pasar de todo, e ir
cumpliendo alguna de las misiones secundarias del juego, como pueden ser
reunir los miembros presos de nuestra familia, buscar una esposa, o
cavar para localizar tesoros enterrados.
Mapa del Caribe.
La mayoría del tiempo la
pasaremos navegando, con encuentros esporádicos con otros barcos que
podemos asaltar o capturar. Cuando visitemos pueblos o ciudades,
podremos comerciar, vender y comprar barcos y cañones, visitar el bar en
busca de nuevos miembros para la tripulacion (que puede diezmarse por
batallas, hundimientos y deserciones), información reciente sobre el
estado de las ciudades, mapas del tesoro... o charlar con el Gobernador,
que nos encomendará misiones, nos pedirá dinero para compensar nuestros
crímenes o nos presentará a sus hijas casaderas. Si la hija es muy fea o
no nos gusta el pueblo, podemos atacar la ciudad y saquearla, y ponerle
la bandera que más nos apetezca.
Duelo a espada.
Es esta libertad lo que hace
muy atractivo el juego, y por lo que me llamó la atención. Podemos hacer
todo lo que queramos hasta que que decidamos retirarnos, y en función
de nuestro éxito, tendremos una jubilación mejor o peor. En lo demás, es
un juego bastante discreto, tanto en su apartado gráfico como en el
sonoro. La navegación puede hacerse bastante tediosa, sobre todo en
distancias largas y tenemos el viento en contra.
Hay tiempo para el romance.
El juego no se
lanzó en Europa, y sólo lo he jugado a través de emuladores. Es perfecto
para matar ratos muertos en el autobús, sigo jugando a él bastante con
el emulador del móvil. Si queréis probar un precursor de los "sandbox"
actuales, dadle una oportunidad.
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